Mendia non, gu han!
Nuestra ruta de hoy, por los bosques de Aralar. Como estamos los dos grupos de senderismo y además hay mucha gente nueva, somos un grupo muy muy numeroso.
L@s nuev@s de hoy son Ana, Ane, Lourdes, Luis, otro Luis, Manu y Mertxe. Y además Txetxu e Irene, que han venido de visita y prometen volver en alguna otra ocasión. También han venido nuestros amigos Juana, Luis y Mari Jose, ya habituales.
Llegamos al Parketxe de Lizarrusti (antigua casa de mikeletes) y comenzaremos la ruta hacia el embalse de Lareo. Pero antes, una foto. Y es que parece que hoy nos hemos puesto de acuerdo para formar diferentes equipos:
Ibilbidea pagoen artean hasten da, bidexka estu batetik. Oso polita!
Bidea haitzen artean pasatzen da eta harri-tunel bat zeharkatu dugu...
Ya desde el principio hemos tenido que sobrepasar en el camino algunos árboles caídos que no estaban en los días anteriores, en los que hemos visitado la zona preparando la ruta. Debe ser que han caído con el vendaval que ha hecho la noche pasada. Pero como todo el mundo sabe... No nos para nada.
Enseguida hemos llegado a la regata Maizegi, con su puente de madera. Desde ahí, una ligera subida y llegamos al embalse de Lareo.
Hemos llegado al embalse a eso de las 11h. Hamaiketakoko ordua da!! ¡Buen momento para hacer una fotografía al resto de los equipos! Aunque han empezado a caer algunas gotas....
¡Y buen momento para hacer una bonita foto de grupo!
Damos la vuelta al embalse, siguiendo la pista que lo rodea. Y parece que la lluvia no nos va a seguir...
Cuando completamos la vuelta al embalse volvemos sobre nuestros pasos hasta la desviación de la senda Alleko. Como volvemos en sentido contrario el bosque parece otro...
Y llegamos al inicio de la subida a la senda Alleko, que nos llevará al corazón del bosque. Al comenzar la subida se abren unos grandes claros en el cielo. Las 13h. Justo lo que decían las previsiones de Euskalmet. El solecito nos ha acompañado durante el resto de la ruta, haciendo del día una experiencia de lo más agradable. Debe de ser que comienza el veranillo de San Martín.
Cuando la subida termina llegamos a un lugar muy especial. Como dice Joserra: hayas, piedra y musgo construyen un bosque encantado. Y este es el bosque encantado de Alleko.
Los colores y olores del bosque nos recuerdan que estamos en otoño.
Decidimos parar a comer en un precioso rincón. Comemos en silencio porque hay hambre y ¡el silencio hace que el momento sea más mágico aún!
Y como es el cumple de Mari Jose, que hace 2 patitos (al revés) cantamos el Zorionak. ¿No has traído nada para celebrar? ¡Sí! ¡¡Bombones para todos!!
Luis (uno de los nuevos) nos dice que nunca había estado en un lugar como este y que para él va a ser un día inolvidable. Para acordarse quiere hacerse unas fotos en este lugar de cuento.
Fotos de familia: atzegimendizaleak! La alegria de la vida.
Continuamos el camino hasta que tomamos un desvío para ir a visitar el gran tejo de Sorozahar. Por supuesto, es el protagonista del txoko del botánico de hoy. Somos muchos los que no hemos podido resistirnos a fotografiarnos junto a sus retorcidas raíces que abrazan la roca.
Seguimos nuestra ruta por el bosque.
Nos acercamos al nuevo mirador de Alleko. Ya se adivina...
¡El Mundo es nuestro! ¿Alguien dijo lluvia?
Lugar de tirolinas. Otro día volveremos para “volar” en ellas sobre el valle.
Desde el mirador volvemos por nuestros pasos para buscar la bajada hacia Lizarrusti. Haremos un pequeño rodeo para evitar la enorme pendiente que tiene la ruta Alleko original. Un poco de subida por el GR y enlazamos con una ancha pista que nos conducirá en constante bajada hacia la carretera.
Encontramos un corro de setas pardillas que acaban en la mochila de Joserra para su cena.
Vamos cansados pero contentos. Sin duda es mejor cansarse que oxidarse.
Y cuando llegamos a Lizarrusti ya está esperándonos el bus y comenzamos la vuelta.
¡Qué bonito día de monte en otoño!
(Y mientras terminamos de escribir este blog comienza a caer un chaparrón. Somos verdaderamente afortunados).
Besos desde el bosque (de otoño).
Nuestra ruta de hoy, por los bosques de Aralar. Como estamos los dos grupos de senderismo y además hay mucha gente nueva, somos un grupo muy muy numeroso.
L@s nuev@s de hoy son Ana, Ane, Lourdes, Luis, otro Luis, Manu y Mertxe. Y además Txetxu e Irene, que han venido de visita y prometen volver en alguna otra ocasión. También han venido nuestros amigos Juana, Luis y Mari Jose, ya habituales.
Llegamos al Parketxe de Lizarrusti (antigua casa de mikeletes) y comenzaremos la ruta hacia el embalse de Lareo. Pero antes, una foto. Y es que parece que hoy nos hemos puesto de acuerdo para formar diferentes equipos:
- El primer equipo es el de camiseta roja y pantalón negro. Es un buen equipo -
Ibilbidea pagoen artean hasten da, bidexka estu batetik. Oso polita!
- Una paradita para fotografiar al equipo de camiseta azul y pantalón negro. ¡Son un gran equipo! -
Ya desde el principio hemos tenido que sobrepasar en el camino algunos árboles caídos que no estaban en los días anteriores, en los que hemos visitado la zona preparando la ruta. Debe ser que han caído con el vendaval que ha hecho la noche pasada. Pero como todo el mundo sabe... No nos para nada.
Enseguida hemos llegado a la regata Maizegi, con su puente de madera. Desde ahí, una ligera subida y llegamos al embalse de Lareo.
- Este es el equipo de capa verde. Es un equipo muy bien preparado -
- Este es el equipo de camiseta verde y pantalón negro. La verdad, están muy bien conjuntados -
- Bikiak! -
¡Y buen momento para hacer una bonita foto de grupo!
Damos la vuelta al embalse, siguiendo la pista que lo rodea. Y parece que la lluvia no nos va a seguir...
Cuando completamos la vuelta al embalse volvemos sobre nuestros pasos hasta la desviación de la senda Alleko. Como volvemos en sentido contrario el bosque parece otro...
- ¿Rana bermeja? -
Y llegamos al inicio de la subida a la senda Alleko, que nos llevará al corazón del bosque. Al comenzar la subida se abren unos grandes claros en el cielo. Las 13h. Justo lo que decían las previsiones de Euskalmet. El solecito nos ha acompañado durante el resto de la ruta, haciendo del día una experiencia de lo más agradable. Debe de ser que comienza el veranillo de San Martín.
Los colores y olores del bosque nos recuerdan que estamos en otoño.
- Fábrica de oxígeno. Estamos trabajando. Se ruega no molestar -
- "Somos una especie en viaje. Estamos vivos porque estamos en movimiento" (Movimiento. Jorge Drexler) -
- Fomes fomentarius: escalera de los duendes -
Decidimos parar a comer en un precioso rincón. Comemos en silencio porque hay hambre y ¡el silencio hace que el momento sea más mágico aún!
Y como es el cumple de Mari Jose, que hace 2 patitos (al revés) cantamos el Zorionak. ¿No has traído nada para celebrar? ¡Sí! ¡¡Bombones para todos!!
- bat edo bi? -
- A ver... ¿Dali sin bigote? -
- Sí, Dali sin bigote. Aquí está la prueba -
- Está claro que el bosque encantado, encanta... -
- Con este ojo miro el embalse de Lareo y con el otro el Parketxe -
Fotos de familia: atzegimendizaleak! La alegria de la vida.
Continuamos el camino hasta que tomamos un desvío para ir a visitar el gran tejo de Sorozahar. Por supuesto, es el protagonista del txoko del botánico de hoy. Somos muchos los que no hemos podido resistirnos a fotografiarnos junto a sus retorcidas raíces que abrazan la roca.
Seguimos nuestra ruta por el bosque.
- Marcas del GR y de la Senda Alleko: dice Silvia que esto es que han pasado los indios -
- Siempre hay una mano amiga -
- Algún día deberíamos animarnos a subir el San Donato -
Lugar de tirolinas. Otro día volveremos para “volar” en ellas sobre el valle.
Encontramos un corro de setas pardillas que acaban en la mochila de Joserra para su cena.
Y cuando llegamos a Lizarrusti ya está esperándonos el bus y comenzamos la vuelta.
(Y mientras terminamos de escribir este blog comienza a caer un chaparrón. Somos verdaderamente afortunados).
Besos desde el bosque (de otoño).
