Cogemos el tren en Donosti para bajarnos en Legorreta e iniciar la ruta de hoy, con más bajas de lo habitual, pero con las mismas ganas de siempre. Y es que, a pesar del mal pronóstico y de las nubes que se nos presentaban en el cielo, algo nos decía que esta vez también nos libraríamos de la lluvia.
Saliendo de la estación, caminamos como un kilómetro entre bidegorri y carretera hasta llegar a la presa de Ibiur, donde nos encontramos un embalse hasta los topes de agua que nos ofrece unas vistas espectaculares. Ese será el escenario de la ruta de hoy.
La circular arranca por asfalto, pero poco antes de llegar a Baliarrain se nos abre un sendero que nos permite mancharnos un poco de barro y seguir caminando más cerca de la orilla. Hacemos así un rodeo de en torno a 8 kilómetros con pequeños desniveles y estampas muy bonitas, pero que a su vez nos deja la sensación de que la ruta podría ser aún mejor. Y es que todos coincidimos en que, tristemente, el camino no se ve muy cuidado, con mucho charco y tramos de rocas que dificultan el tránsito.
De todos modos, parece que están llevando a cabo obras para adecentar el camino, así que esperamos poder volver a encontrárnoslo mejor en el futuro. Y, lo más importante, que nada de eso nos ha impedido disfrutar igual igual de la salida.
Así pues, entre charlitas y fotos, y con el embalse siempre de fondo, hemos seguido poco a poco con nuestra ruta hasta llegar al otro lado de la presa, donde hemos empezado a notar el hambre. Así que directos de nuevo a Legorreta para el ritual: bocadillo y pote reglamentarios, chocolate de Marian y de nuevo al tren con los pies cansados y la tripa llena. Y con la sonrisa que nos deja otra etapa con esta gente buena.
Hoy teníamos planeado que vinieran con nosotr@s Leire y Manu, El Naturalista Cojo, a lomos de la Joëlette de nuestr@s amig@s de Gurpiltrek, pero al final no ha podido ser.
De todas formas estamos muy content@s porque nos acompañan en esta ruta vari@s de es@s amig@s que vuelan con nosotr@s de vez en cuando: Pati y Peru, de Berango; Asier, de Egurre; Jerzy, el padre de Magda; e Iñigo de Gurpiltrek. Además se ha estrenado Garbiñe y nuestro grupo le ha gustado mucho. Y tenemos nuevos voluntarios, Enara en el Grupo 1 e Iván y Yaiza en el Grupo 2. Está claro que la magia de Atzegi Mendian engancha, y una vez que la has probado, el gusanillo de repetir ruta a nuestro lado no desaparece nunca. También hemos tenido a nuestra responsable de Atzegi, Leire. ¡Y como nos hemos juntado los grupos 1 y 2, somos un buen montón de gente!
Tenemos la certeza de que la ruta de hoy, una circular entre el puerto de Lizarraga y la ermita de San Adrian, va a ser la más bonita del año. Pero eso sí, es imprescindible que el tiempo acompañe, ya que la grandeza de la ruta solo se aprecia en un día despejado. Para asegurarnos de que hacía buen tiempo hemos tenido un topo (Asier) pasando la noche en el punto de salida. Teníamos una ruta alternativa por el embalse de Ullibarri, por si acaso. Y aunque con alguna duda, nos hemos decantado por la preciosa sierra de Andia.
Empezamos ruta en el límite de la nube. Hacia el este, cubierto. Hacia el oeste (por donde nosotros vamos), despejado.
- Preparados para una ruta a 1000 metros de altitud -
Aunque el camino es bastante llano, al principio hay una corta pero empinada cuesta. Esta cuesta nos lleva al arco de piedra de Portupekoleze, un increíble lugar en el que es obligatorio sacar fotos.
Continuamos la ruta por una senda, junto al borde de la Sierra de Andia, y con preciosas vistas a La Barranca, a la Sierra de Aralar y al San Donato-Beriain. Un camino herboso, y en ocasiones pedregoso. Las nubes poco a poco van desapareciendo.
Hamaiketako. Hemos celebrado los cumpleaños de Txus, José Luis y el de Koro, que es el próximo viernes. Y nos hemos acordado mucho del cumpleaños de Iratxe, que no ha podido venir y aunque hemos hecho un par de intentonas de hablar con ella por teléfono, ha sido complicado por la falta de cobertura. ¡Te felicitamos desde aquí, Iratxe!
Seguimos adelante por el borde de la sierra, con vistas espectaculares. Entre buitres leonados y chovas piquirrojas. Al poco, la ermita de San Adrian asoma en el borde del acantilado.
- La ermita de San Adrian -
Poco a poco vamos bajando hacia la pista. Seguiremos esta pista, construida sobre la calzada de Zunbeltz, hasta el antiguo puerto de Lizarraga.
En el puerto antiguo confluían las calzadas que ascendían desde Bakaikoa, Etxarri y Lizarraga en dirección a Estella. Un sitio muy especial, lleno de historia, y con magníficas vistas al San Donato.
- ¡Yo a este le quiero mucho! -
- La antigua calzada de Lizarraga -
Dejamos el puerto antiguo y buscamos ya la ermita de San Adrián, en donde comeremos.
- En una borda junto al camino nos encontramos este personaje que nos dice que nos vayamos de sus tierras. ¡En Aralar había otro igual! -
La ermita de San Adrian de Lizarraga está en un sitio espectacular. Aquí esta la prueba.
Comemos junto a la ermita, descansamos un poco y nos hacemos unas fotos.
Emprendemos la vuelta. Pero volveremos por una senda distinta, hacia el sur, con vistas al bonito valle de Zunbeltz.
Por una senda pedregosa, pronto llegaremos al punto de partida, la venta de Lizarraga.
Una ruta espectacular, propia de grandes montañeras y montañeros. Un poco cansados, pero satisfechos con la experiencia, emprendemos la vuelta.
¡Por el planeta!
P.D. Tamara nos ha revelado el secreto de que en la fiesta de fin de curso del Victoria Eugenia ¡va a ir vestida de monja! ¡No nos lo podemos perder!